Mayo 27, 2020 Noticias

PASCUA PADRE GABRIEL GUARDA OSB

Este viernes 23 celebramos la Pascua del padre Gabriel Guarda OSB, hoy queremos recordar el regalo y el paso de Dios por la vida de muchos de nosotros, particularmente el apoyo y compañía a José Manuel Eguiguren en los inicios del Movimiento.

“…porque alguien, en una relación de amorosa acogida les ha enseñado a usar la Biblia, a encontrarse en ella con Jesucristo y a aceptarlo con radical convicción como su salvador personal y como Señor y Rey de sus vidas” (MRO 1, 12-13), esta cita describe la relación entre ambos hace ya más de 40 años, que tuvo efectos tanto en la vida de José Manuel como de tantos otros por el Movimiento.

El padre Gabriel, recibió a José Manuel en la hospedería del monasterio y fue respondiendo sus inquietudes existenciales, refiriéndolo todo a la Palabra de Dios en las Escrituras, centrándose en el encuentro personal con Cristo en su Palabra, directa y amorosamente y no en la interpretación de otros, sin torcer las Escrituras según su conveniencia. En el camino a Emaús, cuando Cristo resucitado abrió las Escrituras a los discípulos, que pensaban que ya lo sabían todo, encontraron que sus corazones ardían en su interior. Este es el tipo de lectura de la Palabra al cual el padre Gabriel introdujo a José Manuel, señala el abad Patrick Barry (Un Claustro en el Mundo p 40). Fue muy importante para José Manuel cuando el padre Gabriel buscó la respuesta de Dios a Moisés: “concedo mi favor a quien quiero y tengo misericordia con quien quiero” (Ex 33, 19), iluminando la visión de que todo está en manos del Creador: todo es su don y las razones son misteriosas para nosotros, inescrutables; aprender a ver cada cosa como una expresión del amor de Dios.

El padre Gabriel escogía una lectura que leían atentos al impacto de esta Palabra que, leída para el aquí y el ahora, siempre les revelaba algún aspecto recóndito de la sanación y del amor de Dios. Luego conversaban juntos un poco más sobre el tema. Nada fue apresurado, y el padre Gabriel le alentó a que se tomara su tiempo o, mejor dicho, el tiempo de Dios. Insistía que debía leer la Biblia todos los días. “El día que tú no leas un versículo del Evangelio”, dijo, “ese día tú no deberías comer. ¿Por qué alimentar tu cuerpo y dejar que tu alma desfallezca de hambre?” (cf Un Claustro en el Mundo p 45).

Este proceso de escuchar día tras día y luego responder, abriendo un diálogo basado en la Biblia, fue una dura tarea que a veces requería de toda la paciencia del padre Gabriel. A menudo se preguntó cómo podía continuar con esto, por la intensidad de José Manuel. Al recordar ese período, realmente no entendía cómo había perseverado día tras día por tanto tiempo. Sin embargo, los frutos de esa perseverancia son patentes.

“VETE DE TU TIERRA, DE TU PATRIA Y DE LA CASA DE TU PADRE”
(Gn 12, 1)
Funerales abad Gabriel Guarda OSB 

El día sábado 24 de octubre se realizaron los funerales del padre Gabriel Guarda OSB, de quien, en cierto sentido, todos nosotros somos sus descendientes espirituales. En una iglesia con la presencia de las hermanas de Rengo y Rauten, además de la comunidad de Las Condes, se realizó la misa de exequias.

“Sencilla pero llena de profundidad y con sus familiares muy presentes pudimos escuchar las lecturas con marcado acento pascual y de presencia de Jesús Resucitado. El rito de sepultación está lleno de signos, como por ejemplo, las palabras que Dios dice a Abraham “vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre” como si lo estuviera invitando a caminar hacia la patria celestial o cuando todos los presentes cantamos el Cantico de Simeón, el que rezamos en Completas, “Ahora Señor según tu palabra puedes dejar a tu siervo irse en paz”.
“Es verdad, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque ahora Yo, te acojo en la misericordia, donde no habrá llanto ni fatiga, ven Gabriel a gozar de los pastos del Señor, ven a descansar y a vivir plenamente con los que te precedieron, luego vendrán los que tu acogiste, los que tu formaste, a los que enseñaste la Palabra, luego vendrán tus hermanos monjes y tus amigos, sí, esos muchos amigos de quienes te rodeaste por tu simpatía y tu alegría de vivir.
Ven Gabriel, ahora conocerás la verdadera historia, no la que está en los archivos, sino aquella que se escribe en el corazón de los hombres y mujeres y en el corazón de la Iglesia. Gracias padre Gabriel por todo su amor, su acogida, su testimonio de amistad y por habernos mostrado la Palabra de Dios”.

Roberto Quiroga V., oblato.

Fuente: El Boletín 1118

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