“Es aquella relación de amorosa acogida que se da cuando un mayor, que hace las veces de tutor, enseña a otro más joven a leer la Biblia, a encontrarse en ella con Jesucristo y a responder con la propia vida a la Palabra recibida.”
Los ejes de la Tutoría son:
La relación que tiene la Tutoría con el proyecto educativo: “Educar en términos cristianos es sinónimo de evangelizar y es por esto que la tutoría no es sólo una manera de evangelizar sino también la forma en que queremos llevar a cabo toda nuestra tarea educativa”.
La tutoría es por tanto el alma del Colegio, el espíritu que anima todo el quehacer al interior de ellos.
Existe un área especial que está a cargo de crear los espacios, tanto dentro como fuera del horario escolar, por medio de los cuales se pueda desarrollar la relación de tutoría entre los alumnos mayores y/o exalumnos, y los alumnos menores del Colegio, de tal modo que el Evangelio sea anunciado con gozo y alegría entre los más jóvenes.
Se entiende a sí misma como una gran comunidad que, a su vez, trabaja en comunión con las demás áreas del Colegio y de manera especial con la decanía.
En el centro de esta comunidad se encuentra la comunidad central de tutoría, que son todos aquellos que trabajan de manera formal dentro del Colegio. De este núcleo central, brota la vida de tutoría dentro del Colegio.
De esta comunidad, surgen otras comunidades más pequeñas, que dependen de ella, y que se reúnen en torno a diferentes espacios o actividades. Estas comunidades son lideradas por exalumnos o jóvenes del Movimiento. Todos ellos conforman lo que hemos llamado comunidad de tutores exalumnos.
Cada una de estas comunidades más pequeñas están formada a su vez por alumnos mayores que han asumido algún grado de responsabilidad dentro de ellas. De esta manera, los alumnos encuentran una manera concreta de ser parte de una comunidad apostólica de tutoría.
Por todo lo anterior, una de las labores esenciales de tutoría es velar para que estas comunidades vayan creciendo y desarrollándose de acuerdo al espíritu que las anima, en comunión con las demás áreas dentro del Colegio.
Para esto es fundamental que el área de tutoría provea los espacios de formación que los tutores necesiten, especialmente de vida comunitaria y de convivencia donde aprenden a corregirse, escucharse y obedecerse mutuamente. “Cuando a un joven se le pide poco no da nada, pero cuando se le pide mucho, lo entrega todo” (JMJ 2011).