El sábado 14 de octubre se realizó la Peregrinación de Santa Teresa de los Andes. Bajo la invitación: “Con Teresita, testigos de la esperanza”, casi cien personas pertenecientes a la comunidad Manquehue se unieron a la multitud de peregrinos que caminó al Santuario para celebrar los treinta años de la canonización de Santa Teresa.
La delegación CSA se reunió a las 07:00 en la Hacienda Chacabuco con los colegios hermanos San Benito y el San Lorenzo. A mediodía se reunieron en la cruz de la cuesta para rezar juntos Intermedia y terminaron a las 17:00 hrs. en una misa con toda la Iglesia de Chile. Participaron distintas comunidades de todo el país, familias, colegios y movimientos de Iglesia.
Algunos asistentes nos cuentan:
Francisco Montes, alumno IVº: “Yo en un principio no estaba tan motivado con ir a la caminata pero cuando supe que íbamos a ir como ruta me inscribí de inmediato y no me equivoco porque para mí fue una experiencia en la cuál nos apoyamos entre unos y otros y también fue un minuto de pausa para la vida diaria obteniendo minutos de oración y reflexión personal” .
Vania Radovic, Rutera (Scout): “La peregrinación fue una muy linda experiencia que nos permitió fortalecer la comunidad Ruta y conectar con Dios, además de conocer la vida de Santa Teresita de los Andes. Fue un largo y agotador camino, pero valió la pena totalmente, no tan solo cuando llegamos al Santuario si no que toda la caminata. Fue una instancia que sin duda volvería a repetir”.
Sofia Chiappe, Encargada Convivencia Escolar de 3 ciclo:
“Se la luz que ilumine a quienes te encuentres en el camino…”
“Con ese evangelio empezó la peregrinación al Santuario de Santa Teresita de los Andes en la mañana fría del 14 de octubre. De a poco asomaba el sol y con él la belleza de la naturaleza que nos acompañaba. A medida que iba andando, pensaba en cómo Teresita año a año se hace luz para todos los jóvenes que estaban ahí. Quizás sin imaginarse que sería artífice de semejante experiencia para tantos.
Fue una instancia muy grata y de mucha contemplación del entorno. Más allá del cansancio y del calor, detalles como las sonrisas de los desconocidos al pasar, las flores del campo, la música con sentido en cada parada y una misa de cierre con energía, hicieron la diferencia.
Y desde ya, con el corazón depositado en las manos De Dios para que Él se ocupe de todas las intenciones y agradecimientos que cada uno llevaba en su interior.
Ojalá todos podamos ser luz para quienes nos rodean, como ella lo es para todos nosotros”.