El Canto a lo Divino es una de las tradiciones populares más presentes en el CSA. Uno de los responsables de mantener viva esta forma de poesía es Guillermo Villalobos, payador que desde el 2014 enseña a nuestros alumnos de 6° básico a II° medio este expresión criolla. y que la semana pasada participó en un encuentro internacional en Uruguay.
La Décima en la Sala de Clases.
El propósito de esta ponencia es dar a conocer la vivencia personal en la enseñanza de la poesía popular en el aula. Me ha movido el afán de mostrar, a través de esta intervención, cómo alguien que no es pedagogo se enfrenta a la experiencia de tener que traspasar el conocimiento, y al mismo tiempo incentivar el gusto por esta forma de expresión artística, siguiendo el sinuoso camino del auto aprendizaje.
Introducción:
Octosílabo, ritmo, creatividad, imaginación, han resultado palabras claves en mi aprendizaje del cómo despertar el interés por escribir en esta métrica, de una audiencia infanto-juvenil, que en una gran mayoría no ha tenido vínculo alguno con esta forma de expresión.
Los cultores de la poesía popular, siempre estamos abogando por que esta disciplina se enseñe en los colegios. Salvo que se tenga una formación académica, no es fácil enfrentarse a la tarea de enseñar este arte a una sala donde habitualmente hay más de 35 alumnos. Cuando el interesado es uno solo, y por propia voluntad se acerca a un payador, se hace más liviano el camino.
Para empezar, uno está claro que lo primero que debe abordar es el octosílabo. En mi caso, opte por entregar a cada estudiante una hoja con la letra de “Arriba quemando e sol”, canción de Violeta Parra, que en su estructura está compuesta por versos de 8 y 7 sílabas, haciendo la observación que las líneas terminadas en palabras agudas, por ley de acentuación, nos entrega 8 golpes, teniendo 7 sílabas. La repetición periódica de esta composición me ha demostrado que en gran medida se adquiere el ritmo octosílabo por osmosis. No se logra en la totalidad, pero resulta efectivo en la generalidad. Enseguida optó por pasar al verso pareado, para seguir con la cuarteta o redondilla. Es en este momento de la clase, en que me doy cuenta que, falta en los estudiantes, el desarrollo de la imaginación aplicada a la creación de poesía estructurada en versos métricamente iguales. La estructura de la décima, como ya sabemos, que es rígida, en lugar de plantear una limitante, es un desafío. Es aquí entonces en que empieza a tomar importancia lo aprendido por los estudiantes en el ramo de lenguaje. La síntesis, la sintaxis, la coherencia, la cohesión, la ley de acento final, aplicados a la redacción y creación del verso, se tornan fundamentales.
Es así, que me detengo en la cuarteta o redondilla, pues antes de pasar a la décima, vamos a incentivar la imaginación, aplicada a la creatividad. Alexis Díaz Pimienta ha sido de gran ayuda a través de su “Teoría de la improvisación”. Sin embargo, y desde mi mirada, da por sentado que la imaginación es parte de la expresión escrita o improvisada, ya que no lo explicita, y si lo hace, a mí se me pasó por alto. Pero, en este mundo en que vivimos en lo literal, desde la expresión hablada, la imaginación pareciera ser un rincón reservado o relegado solamente a quienes viven “al margen de lo correcto”.( La anécdota de Isabel Allende).
Cómo incentivar entonces la imaginación. Llegó a mis manos el Libro “Gramática de la Fantasía”
De Giani Rodari, que encamino lo que yo ya intuía, dado que ya incentivaba a los niños a contar cuentos, por recomendación de Pimienta en su “Teoría de la improvisación”. Desde ese momento, mis clases empiezan con un cuento, por parte de uno de los estudiantes. Enseguida, la pregunta del día. Rodari, recomienda hacer preguntas absurdas. (Porque los perros no tienen bolsillos)( para que le sirve la cola a los perros)Así, los niños, cuando se dan cuenta que lo absurdo no tiene por qué ser necesariamente malo, si no entretenido, se desbordan en ideas. Es así como aparecen cuartetas y décimas que llaman la atención.
Alumna de 6° grado (11 años aprox)
Les pido que redacten una cuarteta por la luna.
“Mi brillante y bella luna
¿Por qué te escondes de día?
Yo por verte pagaría
Aunque pierda una fortuna”.
Décima de un estudiante de 8° grado
“Cuando yo era un niño enano
Me encantaba hacer dibujos
Antes yo creía en brujos
No era un pensamiento sano.
Dibujaba con mi mano
Monstruos hadas y dragones
Los veía en los rincones
e intentaba convencer
a mi familia de un ser
que vivía en los rincones.
Pie forzado para un estudiante de 7° grado
“La pólvora y el amor”
“Tengo un problema gigante
Tengo la autoestima en cero
El amor yo quiero pero,
De las armas soy amante.
Que hago con tan desafiante
Pensamiento aterrador
Yo deseo con fulgor
A la más ruda encontrar
Para así poder juntar
LA PÓLVORA Y EL AMOR”