Como explicitamos en el inicio de este Manual nuestro proyecto se sostiene en una particular visión de hombre que nace del Evangelio y la Regla de San Benito, que reconoce su debilidad y limitación, pero también reconoce la acción que Dios puede hacer en él. Sus puntos centrales son: reconocer al hombre como hijo de Dios, asumir la debilidad propia del hombre y su necesidad de redención, el llamado a desarrollarse en comunidad y que éste posee una vocación y misión particular.[1] Bajo este postulado construimos el marco de relaciones que buscamos desarrollar en nuestra comunidad educativa, señalando actitudes y conductas deseadas y entendiendo que todo aquello que vaya en desmedro de ellas se constituye como contrario al espíritu que nos anima.
La naturaleza divina que compartimos nos insta a desarrollar relaciones basadas en el respeto y el buen trato reconociendo la dignidad de cada persona. El trato respetuoso y amable evitando la grosería, la burla o cualquier acción que menoscabe al otro. Cuidarse a sí mismo, valorar la creación, y todo lo que Dios nos da. Evitando la destrucción o daño intencionado a las personas, el medioambiente y los bienes materiales. La escucha a los pares, los superiores y autoridades, buscando desarrollar la obediencia y el seguimiento de instrucciones. Evitando la murmuración o pelambre, interrumpir o interferir el trabajo o aprendizaje de otros.
La acogida, tolerancia, amistad y caridad son aspectos esenciales dentro de la vida comunitaria que San Benito nos invita a desarrollar. Aceptar las capacidades y limitaciones de cada uno, ser paciente y tolerante. Evitando aislar o cualquier tipo de discriminación a otros. Participar con alegría del aprendizaje, trabajo y actividades escolares, promover la amistad, la paz y el dialogo. Evitando peleas, insultos, amenazas, aislamientos o cualquier conducta agresiva o violenta.
Escuchar con atención la Palabra, a los compañeros, profesores y otros miembros de la comunidad, valorar el aporte de cada uno en las distintas áreas y cada instancia de aprendizaje para descubrir el llamado de Dios y poder servir a quienes nos rodean, poner los dones al servicio de los demás, la participación, respetar el trabajo y ritmo de ejecución son elementos fundamentales en el espíritu de la tutoría que nos inspira. Evitando el menosprecio de cualquier trabajo, función o rol.
Pedir perdón, ser perdonado y perdonar, actuar con honestidad y confiar en los demás, actuar y decir la verdad, reconociendo las faltas y equivocaciones, nos llevan por camino de humildad donde podemos experimentar el amor de Dios. Evitando cualquier tipo de engaño, robo, mentira o falsedad que destruyen la comunidad.
Sin perjuicio de lo anterior como Colegio nos adherimos a la normativa que definición de buena convivencia escolar como la coexistencia armónica de los miembros de la comunidad educativa, que supone una interrelación positiva entre ellos y permite el adecuado cumplimiento de los objetivos educativos en un clima que propicia el desarrollo integral de los estudiantes.[2]
Es el profesional responsable de la coordinación e implementación del plan de gestión para la promoción de la vida comunitaria y buena convivencia escolar en Colegio, elaborado anualmente siguiendo el PEI, las indicaciones del rector y el consejo directivo. Actualmente este rol es ejercido por los directores de Primaria y Secundaria o quien ellos determinen. Ellos supervisarán la correcta aplicación de este Manual y protocolos de actuación correspondientes.
Existe un comité para la Buena convivencia escolar en educación Primaria y otro en Secundaria. Su objetivo principal es impulsar medidas para promover una buena convivencia escolar. Están formados por directores de Primaria o Secundaria, según corresponda, los encargados de ciclo, representantes del equipo de especialistas internos (Sicología, orientación u otros) inspector, apoderados y alumnos. También podrán solicitar el consejo y presencia de otros miembros de la comunidad.
Para el tratamiento de casos de conducta inapropiada graves y/o denuncias por posible hostigamiento u otras situaciones que puedan afectar gravemente la convivencia escolar los directores de Primaria o Secundaria, según sea el caso, constituirán un comité particular del ciclo que vele tanto por la correcta aplicación de las medidas y protocolos, como de los criterios de caridad y discreción.
Participarán de esta instancia los profesores jefes de los alumnos directamente involucrados, el encargado de ciclo y sicólogo del ciclo correspondiente. Dentro de sus funciones se encuentra:
Cuando las faltas sean graves o gravísimas siempre se involucrará el consejo del rector en la implementación de las distintas medidas.
Las reuniones de los comités antes mencionados deberán tener actas de registro.
Plan de gestión de la Vida Comunitaria y la Buena convivencia
El plan de gestión establece anualmente las iniciativas, actividades, materiales y recursos para promover la vida comunitaria y la difusión de este manual y protocolos.
[1] PEI, Visión de Hombre pg. 25
[2] Artículo 16 A de la Ley General de Educación.