El martes, después de varias semanas sin poder encontrarnos, nos pudimos reunir como comunidad educativa. Profesores y funcionarios tuvimos una significativa reunión con nuestro Rector Alejandro Greene, quien se refirió a cómo estamos viviendo los difíciles momentos por los que está pasando el País. Queremos compartir con ustedes algunas de las reflexiones de esta jornada:
– Han sido días difíciles para todos. De un minuto a otro, se nos movió el piso de lo establecido. Muchos vivimos por primera vez un toque de queda. Nos topamos con una violencia que quizás nunca habíamos visto. Saqueos innumerables. Todo esto, con una manifestación popular muy fuerte, que pide un cambio profundo en nuestro país.
– Cada uno ha vivido esto de maneras distintas. (en la casa, en el barrio, con la familia y los hijos, la dificultad para movilizarse, con el abastecimiento o en las marchas)
– Lo que nos pasó es como cuando fue el terremoto: a todos nos afectó y nos sigue afectando, no sabemos hasta cuándo, y creo que una buena pregunta sería: ¿qué piensas hacer tú por la situación país?
– La última vez que estuvimos juntos, fue en el Dia del Educador, donde todos vivimos el día alegres por la comunidad y por nuestra vocación de educadores, además dimos reconocimiento por estabilidad de personas en nuestra comunidad y vimos nuestro Lema: “Tenéis que nacer de nuevo, iluminados por el Espíritu.” Hoy, este “tenéis que nacer de nuevo”, nos pega muy fuerte en nuestra puerta, nos cuestiona: ¿qué tenemos que hacer como país para abordar temas como la desigualdad o la injusticia?, ¿qué es lo que deben hacer las autoridades?, ¿la ciudadanía?…¿qué debemos hacer como colegio en esto? o ¿qué hacer para fomentar el respeto a la autoridad, el cuidado de la casa común o el diálogo?, ¿Qué debemos hacer como educadores, con nuestros alumnos?, ¿qué debemos hacer cómo personas?.
Personalmente, creo que todo lo que está pasando es un gran llamado a la conversión personal, a nacer de nuevo.
Cuando el Movimiento Manquehue estaba partiendo, en tiempos en que los toques de queda eran frecuentes y existía una fuerte polarización del país, quizás similar a lo que estamos viviendo hoy, el Cardenal Silva Henríquez les regaló la siguiente frase de San Agustín: “Unidad en lo fundamental, diversidad en lo accidental y en todo caridad”. Les propongo que la hagamos propia en este tiempo.
Unidad en lo fundamental:
– Estemos unidos. Llevamos años cultivando la amistad en esta comunidad de discípulos misioneros. Vivamos este tiempo desde lo que somos: una comunidad de amigos en Cristo, con una misión en común. Sigamos rezando juntos, como lo hemos hecho siempre, por la patria.
– Desarrollemos más la empatía. Es una oportunidad para avanzar más en nuestras relaciones personales, a pensar en el otro, a escuchar más y mejor al otro, ya que puede estar pasando por un problema. Un colega, el guardia del colegio, alguien de la administración, un profesor o un auxiliar. No sabemos quién puede estar necesitando ayuda, pero lo sabremos si estamos atentos. Es una fuerte invitación, en definitiva, a salir de nosotros mismos y mirar al otro.
– Dejemos que esta unidad traspase las fronteras del Colegio, y podamos compartir con otros esta experiencia comunitaria que hemos cultivado.
Diversidad en lo accidental:
– Apoyarnos unos a otros en la diversidad. Flexibilidad de horarios, de trabajo desde la casa y permisos especiales. Oportunidad para ayudarnos mutuamente.
– Estemos constantemente dialogando, escuchándonos unos a otros. En ese sentido, las puertas y oídos de cada uno de los del consejo y otros miembros del colegio, están muy abiertos a los que quieran conversar sobre lo que estamos viviendo.
– Esta es una comunidad grande, de 270 funcionarios, 1400 apoderados y 1900 alumnos. Vamos a tener muchas opiniones diversas respecto de lo que está pasando, y eso es normal y está bien.
– Veamos esto como un desafío para enseñar a nuestros alumnos, a conversar, dialogar desde distintos puntos de vista, aceptando la opinión del otro como perfectamente válida.
Y en todo caridad:
– Himno de la caridad, del amor. El amor es paciente, amable, no es envidioso, no se engríe, no busca su interés, no se irrita, no se alegra con la injusticia, sino con la verdad, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
– Jesús: Ustedes me llaman el Maestro y profeta, pues lo soy, pero les lavo los pies. Hagan ustedes lo mismo.
– San Benito: al abad le corresponde más servir que presidir.
– Reflexión de la Iglesia: el poder es para ponerlo al servicio de los demás.
– Signo de Jesús: los peces en la red. Cada signo, apunta a algo más grande. ¿hacia dónde apunta este signo de los tiempos que estamos viviendo? Quizás es una oportunidad gigante para aprender a amar más y mejor.
Unidad en lo fundamental, diversidad en lo accidental y en todo caridad. Un lema que nos puede servir a todos para vivir este tiempo y para convertirnos.
¿Hacia dónde vamos? No lo sabemos, “el viento sopla donde quiere y oyes su voz, pero nadie sabe de dónde viene ni a dónde va…”. Pero sabemos que somos testigos de algo importante. ¿dónde buscar la respuesta? Hoy podemos ver muchas respuestas en los medios, en conversaciones, en nuestras cabezas, estamos confundidos. Te invito a preguntarle al que tiene las respuestas, a Jesús, qué es lo que quiere de ti, en qué quiere que te conviertas. Tenemos el gran regalo de la Lectio Divina, aprovechémoslo para escuchar a Jesús y encontrar las respuestas a nuestras preguntas más profundas.
Termino leyendo el capítulo 72 de la RB, testamento espiritual de San Benito, que creo resume muy bien a lo que estamos llamados como comunidad.
Pidámosle a la Virgen del Carmen, Reina de Chile para que salve a su pueblo que clama a ella, y que haga crecer al Cristo que tenemos en nuestro interior.