Catalina Davanzo Rivera
Encargada Pastoral Apoderados
Sobrenombre: Cata
Profesión: Diseñadora
En una palabra soy: Creativa
Familia: Casada, 3 hijos (20, 13 y 11)
Estoy en el CSA desde: Trabajando desde el 2016, como mamá desde el 2007
Mi película favorita: Into the wild
Serie favorita: Friends
Libro favorito: La bailarina de Auschwitz de Edith Eger
Comida preferida: Las papas fritas
Música o canción favorita: Silvio Rodríguez
Mi lugar favorito del Colegio: Pastoral
Sabor de helado: Stracciatella
Algo que pocos saben de ti: Cuando chica quería ser bailarina
Catalina es la encargada de Pastoral para los apoderados del colegio. Es responsable de acoger, guiar y ayudar a los padres que quieren formar grupos de Pastoral. Actualmente existen 28 comunidades, y la invitación está abierta para todos los que quieran a través de la Lectio encontrar el amor que Dios nos tiene.
Todas las mañanas a las 8:10 hrs. la puerta de la sala al costado de la librería san Juan, está abierta para recibir a todos quienes quieran participar de la Lectio Abierta.
Como muchos papás del colegio, todas las mañanas venía a dejar a mis niños y había un grupo de apoderados, o gente del colegio, que me invitaban a rezar, pero como no conocía de qué se trataba siempre decía que andaba apurada, que tenía una reunión o cualquier pretexto que me dejara bien y “zafara” de tan insistente invitación. Después de algunos años, una mañana acepté la invitación. No sabía a qué iba y le dije “oye pero yo no sé nada” y me contestaron, “no te preocupes, no hay nada que saber”.
Entramos a una salita, encendieron una vela que estaba delicadamente puesta sobre un mantel blanco y una cruz muy sencilla de madera. Me senté y me dejé llevar. Invocaron al Espíritu Santo y leyeron la lectura que tocaba ese día. Después de unos segundos de silencio, las personas empezaron de a uno a compartir cómo Dios les hablaba según lo que habían leído. Ahí me quedé muda, solo oía y me impresionó cómo una lectura podía penetrar tan hondo en el corazón de alguien. Creo que fue ese momento el que me cautivó, y cada vez que aceptaba esta invitación mi corazón se hacía más sensible a las palabras que leían. Llegó el día en que lo empecé a necesitar y llegaba sola, a esperar que empezara la “Lectio express” —que así la conocía en ese tiempo.
Quiero agradecer a todas esas personas que se acercaron y perseveraron en la invitación, gracias a ellas pude conocer y empezar un camino que me cambia la mirada todos los días y me ayuda a encontrar la verdadera felicidad. Cada camino es distinto, pero no tengan miedo a probar algo sin límites. La invitación es para todos, dénle una oportunidad al Señor que hoy quiere quedarse en tu casa.